Hoy, que estás a cientos de
kilómetros, noto que me faltas. Me faltas tanto hasta que duele y hiere. Serán unos
días, aunque a mí me parezcan años. Cuatro días y mi mente los multiplica por
diez.
Fíjate, cariño, soy la misma niña
que conociste hace unos años: cobarde ante situaciones no demasiado duras y
valiente para comerse un mundo, tumbar un cielo o levantar un universo donde la
nada más absoluta tenía su lugar. Esa soy yo. Y así me gusta plantearme la
vida.
Suena precisamente esta canción
porque algo tiene que ver con nosotros, con esos dos adolescentes que se
conocieron en la terraza de alguna cafetería, una tarde, en pleno invierno. Somos
especiales hasta para eso. Café caliente, frío atroz, conversación animada,
risas y, cómo no, miles de miradas que más tarde sabríamos que llevaban
dedicatoria especial: “me gustas, te quiero y ni siquiera te conozco, pero te
quiero”. Eso lo supimos años después, cuando los sentimientos brotaron sin
tapujos ante nosotros, nos abofetearon la cara y nos dijeron aquello de “3…2…1...acción!”.
Cinéfila, si hablamos de
romanticismos. Romántica si hablamos de sentimientos. Y, enamorada, si hablamos
del nosotros que hoy tenemos en común.
Podría decirte un millón de cosas
más. Cosas que ya sabes, pero que me gusta repetirte, aunque una simple mirada
lo evidencie. Podría, pero corre una ligera lágrima por mi mejilla que apaga mi
mirada.
Te prometí que no te echaría de
menos y te he mentido…como siempre que prometo no quererte.
Te he mentido descaradamente. No prometí sinceridad. No siempre.
Hoy te quiero, te echo de menos y
te miento cuando lo niego, aunque me llames y te cuente que no lo hago. Siempre
me gustó hacerme la dura, ya lo sabes.
La vida misma. Ah, y el amor, el amor...
ResponderEliminarFeliz regreso ;)
:) Y que lo digas.
EliminarGracias, un placer volver. No era típico de mí irme sin más. Necesitaba algo más: necesitaba esto :)